También a los ojos del profano aparece clara la descendencia de este pequeño perro del más grande Bull terrier, debido a que las características de raza son muy similares. La selección del Bull miniatura se inició hacia fines del siglo XIX por parte de un grupo pequeño de apasionados que, partiendo de algunos Bull terrier de tamaño más pequeño, obtuvieron en poco tiempo este perro en miniatura que, sin embargo, conserva intactas las características de coraje y fuerza de su antecesor. Ya a caballo entre los dos conflictos mundiales, su difusión en Inglaterra era bastante grande pero aumentó todavía después de 1945, cuando comenzó a extenderse por otros países como Alemania, Suecia, Dinamarca y Estados Unidos de América. En estos lugares, su presencia se debe al esfuerzo de algunos pocos apasionados criadores.